Últimamente miro los rostros de las personas, incluido el mío, y me recuerdan a la cara de un caballo. Parece que todas las narices se han alargado, y el mentón y la boca acercado, para formar un morro mas que una cara. Afortunadamente, no ocurre con todo el mundo. Hiiiih!
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sábado, 22 de diciembre de 2012
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