viernes, 14 de marzo de 2014

Carta personal a mi persona

Hola rodilla derecha. Hola cuerpo. Hola psique.

Ahora hace casi dos meses que decidiste bloquearte. Lo disfrazarte de un mal gesto. Click y a la porra. Reposo, osteopatia, mejora. Click y a la porra otra vez. Respeto tu decisión, pero ya basta.

Ya se que ha habido muchos cambios últimamente. Mudarme no ha sido fácil. Dejar el nido. El hogar donde fui concebida, y donde vivo desde el primero de mis días. El hogar que siempre ha sido mi hogar. Ver como mi habitación se destruía para convertirse en un despacho. Ver que ya no tengo allí lugar alguno. Un rincón en mi viejo armario, si. Y la puerta siempre abierta, por supuesto. Pero para descansar, para acurrucarme, solo me queda el sofá. No es fácil. De hecho es muy difícil. Pero algún día tenía que ocurrir.

Venir a vivir aquí en particular tiene ventajas. Estoy a 10 minutos de mis padres, conozco el barrio, les tengo cerca, tengo todo cerca. No ha sido un cambio radical. Pero también tiene sus desventajas. Ésta casa venía siendo la casa de Carlos y sus padres desde hace años. No dejo de sentir que estoy un poco de prestado. Que soy una invitada. Que estoy de paso. Que no es mi hogar. Estoy a gusto, pero falta algo. Y estar aquí, como estoy ahora, sola, sin Carlos es... casi incómodo. Ha mejorado desde que llegué, pero sigue faltando algo.

Vivir juntos es algo que hace ya mucho tiempo que queríamos. Y dada la dedicación que hemos prestado últimamente al trabajo, también es algo que necesitábamos. Porque de otra forma no podríamos ni vernos. Y eso no. No aguanto mas standbys. Ya tocaba dar el siguiente paso. El problema no es ese. El problema no es estar con Carlos. El problema es dejar de estar con mis padres. Pero no se puede tener todo en la vida y a veces, simplemente toca avanzar.

Avanzar en la forma mas literal es lo que ahora no puedo hacer. No puedo ni caminar. Pero necesito avanzar en todos los sentidos. Necesito tenerme en pie para trabajar. Necesito pasar de niña a adulta. Necesito hacer de mi habitáculo, mi hogar. Necesito hacer de mi pareja, mi familia. Y hacerlo sin olvidar que la casa de mis padres siempre será mi hogar y ellos mi familia.

Quizás sea el hecho de hacer de Carlos mi familia. Ésto es, el hecho de que nos vamos a casar en unos meses. Estimadísima rodilla, ya se que es un poco pronto ¿Pero acaso no lo iba a hacer igual? ¿Acaso no es Carlos el hombre de mi vida? Me gusta, le quiero, le amo, le gusto, me quiere, me ama. Desde que hablamos por primera vez, supe que le quería a mi lado, de la forma que fuera. Y ya nada pudo ser lo mismo, todo fue mejor. Cuando estuvimos a punto de perderle, a pesar de que hacía tan poco desde que estábamos juntos, ya no podía imaginarme una vida sin él. No podía imaginar que pudiera conocer a nadie mas con quien tuviera tanta afinidad, con quien quisiera formar una familia tanto como con él. Ni podía ni puedo. Y en aquellos momentos, a pesar de la tristeza de poder perderle, había una parte de mi que seguía alegre por lo maravilloso que es que él exista y nos hayamos encontrado.

Así que, cuerpo, por favor, déjate de chorradas. Ésto es lo que queremos y lo sabes. Está bien, que el tema de la boda no me entusiasma. Lo del matrimonio bien, digo la boda. Éste tipo de celebraciones me agobian, ser el centro de atención me estresa, y tener que organizarlo todo yo no es precisamente de gran ayuda. Ok, cierto. No es facil. Pero él quiere una boda ¿verdad? Pues hagamos una boda. Hagamos algo en que los dos estemos cómodos, como tiene que ser. Y disfrutemos todos: Carlos, yo, su familia, la mía, sus amigos, los míos. Porque de alguna manera, desde que nuestros caminos se cruzaron, también lo hicieron todos nuestro allegados. Hay muchas razones para que dos o mas individuos o grupos se unan. Ésta vez es por Amor. Y eso hay que celebrarlo.

Ahora hay algo físicamente estropeado. Muscular, diría. Está en tratamiento. Pero solo tú, psique, que lo dejaste enfermar, puedes dejarlo sanar. Hazlo, hagámoslo. Lo contrario carece de sentido. Y a ser posible, que sea pronto: el tiempo no para, ni lo va a hacer por mi.

Gracias,

*