viernes, 20 de mayo de 2016

Habitaciones, puertas, monos y una estación de tren

Me encontraba en un hogar, en una habitación, grande y luminosa, pero vieja y vacía, con otros de mi generación. Quizás amigos, quizás compañeros de estudios, quizás de trabajo. Había una puerta escondida en el interior de un baño con pica pero sin retrete. Una puerta que al entrar atravesabas un pasillo circular oscuro y estrecho que giraba 360º hasta llegar donde debía estar la puerta original. Pero no, era otra puerta, que al atravesar te llevaba a un estudio ajetreado con modelos aficionadas que fingían estar deprimidas para encajar en su labor. Al querer salir de ahí por donde vinimos, no pudimos. La puerta mágica sólo funcionaba en una dirección. Uno de mis compañeros lo tuvo claro y se dirigió a una construcción que se encontraba en el medio de la sala. Una pequeña habitación en el centro de la habitación, llena de puertas numeradas. Abrió una y me fui detrás de él, pero en el interior no podía ver. Estaba oscuro y mis ojos eran incapaces de acostumbrarse. Él se movía veloz entre unas puertas y otras, cuyos números y letras luminosas variaban sin cesar. En algún momento desapareció y me quedé sola en la oscuridad, de la que surgió una bruja que me quiso atacar. Incapaz de defenderme, un pequeño simio acudió a mi ayuda, y la entretuvo lo suficiente para permitirme huir aleatoriamente por una de las puertas y salir a una enorme estación de tren. Me encontraba en Londres, sin saber qué dirección debía tomar, y lamentando haber olvidado mi tarjeta Oyster para poder desplazarme por la ciudad. Sonó el despertador.

Analicemos. Estoy pensando seriamente en dejar mi empleo. Desde que entré en ese trabajo me han cambiado el puesto (a uno que no habría aceptado en primer lugar), cuyas tareas son cada vez mas y mas pesadas, nos han alargado la jornada laboral, nos han reducido las vacaciones, nos presionan mas por vender, me enteré de que por convenios cobro menos que la mayoría de mis compañeros, mi jefe es un maltratador psicológico cuya base son las malas caras y malas contestaciones, y cuyos picos de hijoputismo son insultos y gritos responsabilizando de lo que ni si quiera ha ocurrido, y a una empieza a no salirle tan a cuenta trabajar ahí ¿Por qué no lo he dejado ya? Porque sigue sin ser fácil encontrar un trabajo, y menos indefinido, y hay facturas que pagar.

Sin embargo, ahora mismo, afortunadamente, me lo puedo permitir. Podemos permitirnos que esté sin trabajo una temporada mientras busco otra cosa. Quizás algo que tenga que ver con lo que he estado años estudiando en la universidad, que para algo fui, o quizás algo que aunque pague mal me guste, y no sienta que le estoy entregando mi sudor sobrecualificado a un millonario desagradecido.

Pero está claro. Si cruzo esa puerta, si dimito, es un camino de no-retorno, la puerta solo funciona en una dirección ¿Pero qué pasa si lo que encuentro no es de mi agrado? Huír no es fácil, o no para mi, o por lo menos ahora mismo no consigo ver como, a pesar de que hay muchas puertas. Y ante la adversidad, curioso que me ayude un mono, curioso porque ese fue el último insulto del que resulta ser mi encargado. El caso es que ante la adversidad tengo ayuda. No estoy sola.

Y al final está Londres. Ciudad a la que, quizás, Carlos estará un año trabajando, yendo y viniendo. Quizás. Y quizás yo me sienta algo perdida cuando ese momento llegue, si llega. Pero te digo una cosa. Era mucho menos angustioso el sentimiento de haberse dejado la tarjeta Oyster, que el de estar luchando con una bruja en la oscuridad.

*

martes, 10 de marzo de 2015

La echo de menos

La echo de menos.

O echo de menos su amistad.

O echo de menos una "mejor amiga".

Alguien con quien quedar para lo que sea, en cualquier momento.

Alguien que conozca y que conocer todas nuestras historias. Hasta las mas irrisorias.

Alguien con quien pueda hablar de lo que sea, sin tapujos, sin vergüenzas, sin censuras, sin miedos.

Tristemente siento que nunca lo volveré a tener. Porque con nadie "nuevo" puedo crecer desde la adolescencia. Nadie "nuevo" puede vivir conmigo todos mis amores fracasados.

Porque ella ya no es mi amiga ni lo podrá volver a ser. Quizás hablemos algún día de nuevo. Quizás. Pero no puedo olvidar todo lo que me dijo. No puedo olvidar ese rencor que se guardó durante años contra mi. Esas cosas que me dijo. Ese no querer escucharme, ni hablarme. Esa sensación de miedo, de dolor, de vació, de orfandad que me quedó tras la última conversación... ahora hace casi un año.

Desde entonces que siento que no tengo amigas. Porque está Carlos con su amor incondicional. Pero a veces una necesita una amiga. Y aunque tengo amigas, ya no tengo ese tipo de amiga. Y la echo de menos.

*

viernes, 14 de marzo de 2014

Carta personal a mi persona

Hola rodilla derecha. Hola cuerpo. Hola psique.

Ahora hace casi dos meses que decidiste bloquearte. Lo disfrazarte de un mal gesto. Click y a la porra. Reposo, osteopatia, mejora. Click y a la porra otra vez. Respeto tu decisión, pero ya basta.

Ya se que ha habido muchos cambios últimamente. Mudarme no ha sido fácil. Dejar el nido. El hogar donde fui concebida, y donde vivo desde el primero de mis días. El hogar que siempre ha sido mi hogar. Ver como mi habitación se destruía para convertirse en un despacho. Ver que ya no tengo allí lugar alguno. Un rincón en mi viejo armario, si. Y la puerta siempre abierta, por supuesto. Pero para descansar, para acurrucarme, solo me queda el sofá. No es fácil. De hecho es muy difícil. Pero algún día tenía que ocurrir.

Venir a vivir aquí en particular tiene ventajas. Estoy a 10 minutos de mis padres, conozco el barrio, les tengo cerca, tengo todo cerca. No ha sido un cambio radical. Pero también tiene sus desventajas. Ésta casa venía siendo la casa de Carlos y sus padres desde hace años. No dejo de sentir que estoy un poco de prestado. Que soy una invitada. Que estoy de paso. Que no es mi hogar. Estoy a gusto, pero falta algo. Y estar aquí, como estoy ahora, sola, sin Carlos es... casi incómodo. Ha mejorado desde que llegué, pero sigue faltando algo.

Vivir juntos es algo que hace ya mucho tiempo que queríamos. Y dada la dedicación que hemos prestado últimamente al trabajo, también es algo que necesitábamos. Porque de otra forma no podríamos ni vernos. Y eso no. No aguanto mas standbys. Ya tocaba dar el siguiente paso. El problema no es ese. El problema no es estar con Carlos. El problema es dejar de estar con mis padres. Pero no se puede tener todo en la vida y a veces, simplemente toca avanzar.

Avanzar en la forma mas literal es lo que ahora no puedo hacer. No puedo ni caminar. Pero necesito avanzar en todos los sentidos. Necesito tenerme en pie para trabajar. Necesito pasar de niña a adulta. Necesito hacer de mi habitáculo, mi hogar. Necesito hacer de mi pareja, mi familia. Y hacerlo sin olvidar que la casa de mis padres siempre será mi hogar y ellos mi familia.

Quizás sea el hecho de hacer de Carlos mi familia. Ésto es, el hecho de que nos vamos a casar en unos meses. Estimadísima rodilla, ya se que es un poco pronto ¿Pero acaso no lo iba a hacer igual? ¿Acaso no es Carlos el hombre de mi vida? Me gusta, le quiero, le amo, le gusto, me quiere, me ama. Desde que hablamos por primera vez, supe que le quería a mi lado, de la forma que fuera. Y ya nada pudo ser lo mismo, todo fue mejor. Cuando estuvimos a punto de perderle, a pesar de que hacía tan poco desde que estábamos juntos, ya no podía imaginarme una vida sin él. No podía imaginar que pudiera conocer a nadie mas con quien tuviera tanta afinidad, con quien quisiera formar una familia tanto como con él. Ni podía ni puedo. Y en aquellos momentos, a pesar de la tristeza de poder perderle, había una parte de mi que seguía alegre por lo maravilloso que es que él exista y nos hayamos encontrado.

Así que, cuerpo, por favor, déjate de chorradas. Ésto es lo que queremos y lo sabes. Está bien, que el tema de la boda no me entusiasma. Lo del matrimonio bien, digo la boda. Éste tipo de celebraciones me agobian, ser el centro de atención me estresa, y tener que organizarlo todo yo no es precisamente de gran ayuda. Ok, cierto. No es facil. Pero él quiere una boda ¿verdad? Pues hagamos una boda. Hagamos algo en que los dos estemos cómodos, como tiene que ser. Y disfrutemos todos: Carlos, yo, su familia, la mía, sus amigos, los míos. Porque de alguna manera, desde que nuestros caminos se cruzaron, también lo hicieron todos nuestro allegados. Hay muchas razones para que dos o mas individuos o grupos se unan. Ésta vez es por Amor. Y eso hay que celebrarlo.

Ahora hay algo físicamente estropeado. Muscular, diría. Está en tratamiento. Pero solo tú, psique, que lo dejaste enfermar, puedes dejarlo sanar. Hazlo, hagámoslo. Lo contrario carece de sentido. Y a ser posible, que sea pronto: el tiempo no para, ni lo va a hacer por mi.

Gracias,

*

martes, 28 de mayo de 2013

No es un buen lugar para los sueños

- So, what are you doing?

- I finished my college and I'm looking for a job.

- Oh! And what would you like to be? 

- I don't know...

- What's your dream?

- Well... Spain is not a good place for dreams right now...

*

miércoles, 9 de enero de 2013

Aaaaaaaaaaaaj!!

Había olvidado que no le aguanto, que es insistente, quisquilloso, controlador, siempre tiene que tener la razón, y es un neurótico pesado!

Y hoy no soporto a los neuróticos, ni a los pesados, ni a los insistentes, ni a los quisquillosos, ni a los controladores, ni a los que creen que siempre tienen la razón!

*