domingo, 2 de octubre de 2011

Nubes caprichosas

En el vuelo de camino a Galicia, el 26 de agosto por la tarde, vi algo hermoso.

Estaba en el avión lidiando con lo poco que me gusta volar, y pidiéndole a los ángeles que nos protegieran durante el viaje, como siempre hago. Tenía los ojos cerrados y dejando que las lágrima brotaran sin reprimirlas, al fin y al cabo nadie me conocía y era lo que mi corazón me pedía. Y cuando abrí los ojos y miré por la ventanilla, ahí estaba. Un ángel, tal cual.

Una nube caprichosa antropomorfa con un vestido largo y alas nos acompañaba a la distancia perfecta para ocupar el centro de mi ventanilla.

Gracias por protegernos, gracias por escucharme, gracias por estar ahí, y gracias por demostrármelo de vez en cuando. Muchas gracias.

*

No hay comentarios:

Publicar un comentario