sábado, 28 de mayo de 2011

15 y 27-M

No me parece oportuno hablar de nada que no sean las protestas de la acampada y, como mucho, los exámenes. El resto me parece frívolo, superficial, absurdo.

Día tras día la ilusión de un cambio, de un GRAN cambio, no hacía mas que crecer y crecer y alimentar nuestras ganas de ir mas allá, mi sentimiento de que éste era nuestro momento, y el momento del mundo entero que nos estaba apoyando y replicando. Pero ayer nos invadieron, nos pegaron y tiraron por tierra una gran parte del trabajo realizado. Lloré. Lloré al ver cómo pegaban a gente de todas las edades y condiciones sentadas con las manos en el aire. Y les pegaron. Les dolió a ellos, y a todos nos dolió al verlo.

Pero a la noche volvimos todos, los de siempre y muchos mas, miles y miles de ciudadanos más indignados que nunca a dar nuestro apoyo al movimiento y a la no violencia. Y más unidos que nunca seguiremos luchando pacíficamente por el cambio que deseamos hasta que no les quede otro remedio que escucharnos.

Anoche volví a casa con una sonrisa. Feliz y esperanzada, de que ésto crece y sigue para adelante. De que el cambio se acerca. De que los imperios, aunque aun no lo sepan, están cayendo. Y a decir verdad, da un poco de miedo.

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