jueves, 28 de octubre de 2010

Destrucción

... el Mal removió el cielo y se introdujo en las profundidades del océano. De allí surgió de nuevo con un cuerpo casi antropomorfo hecho de agua y sal, y con el mas puro odio dio 10 zambullidas potentes que crearon 10 gigantescas olas que se propagaron en todas direcciones bajo una espantosa tormenta.

Pude seguir la primera, sobrevolando sobre su cresta, hasta que llegó a tierra. Yo también estaba allí, junto a todos los míos, de hecho, junto a toda la población de mi ciudad, viendo como en pocos segundos una ola arrasaba nuestros hogares y convertía Barcelona en un área de guerra.

Muchos perdieron la vida, también muchos la salvamos. Pero cuando empezábamos a organizar el caos encontrando a nuestros seres queridos y ubicándonos en los pocos edificios que habían quedado habitables, no podía dejar de pensar que ese solo había sido el principio. Pues nos esperaban otras 9 olas igual de arrasadoras que no se iban a contentar con cebarse en los escombros, y destruirían todo lo que todavía se tenia en pie.

Yo parecía ser la única que conocía este dato ¿pero que iba a hacer? El final se acercaba y era inevitable.


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