domingo, 18 de julio de 2010

Galletas verdes

Probé una de esas galletas con sorpresa en Calella de Palafrugell. Aunque lo de sopresa es relativo, pues se las huele de lejos, y por cierto, asi no dan ganas de comérselas, pero a la hora de la verdad tienen buen sabor.

El caso es que sacié curiosidad y gula de una, comiéndome una de esas galletas. No es una dosis precisamente grande, pero para ser la primera vez no queria acabar con un morado impresionante.

¿Y que decir? Que no le veo la gracia. En realidad mi estado correspondía bastante a la situación de apalanque tipica de post-playa, y en principio creí que no estaba manifestando ningún efecto, pero analizándolo en frio me di cuenta de que por mucho sol que hubiera tomado, estaba bastante mas apalancada de lo normal.

Y simplemente no le veo la gracia a no querer moverse del sofá. A ver a alguien limpiando los platos, pensar "deberia ayudarle, pero... bah". Quizas si estas asquerosamente estresado y necesitas relajarte venga de perlas, pero dada mi situación, simplemente no le veo la gracia, pero para gustos: los colores.


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